El domingo pasado, sentado en el avión, leía una entrevista de Jacobo Bergareche y Coco Dávez a la directora Isabel Coixet. Formaba parte de la serie que han bautizado como “la última cena”. En ella, los entrevistados tienen que elegir cómo sería la mesa con la que se despedirían del mundo; lógicamente, el formato predispone a la grandilocuencia, y además de los muchos platos y bebercio disponible deben escoger el espacio en el que tendría lugar tan fúnebre banquete. En el caso de Coixet, lo tenía muy claro: la plaza Fürstenberg, en París.
La mía es la Place Dauphine. Siempre que voy a París intento ir a comer a una de sus pequeñas brasseries. Y me temo que tengo tantas posibilidades como tu...
Yo no creo en las coincidencias, si bien, para notarlas, has de ser un alma sensible, curiosa...y reflexiva
La mía es la Place Dauphine. Siempre que voy a París intento ir a comer a una de sus pequeñas brasseries. Y me temo que tengo tantas posibilidades como tu...
Yo también soy fiel creyente de que todo lo que te gusta está relacionado, no podría haberlo descrito mejor 🫶🏼
Genial 🙌🏻