Una de las consecuencias de mi trabajo –de todos, supongo– es que tengo que estar al día. En mi caso, al día de cine y series, nacional e internacional. A ello me aplico con rigor profesional: veo capítulos pilotos y estrenos de casi todo lo que sale, aunque escape por mucho de mi esfera de gusto personal. Intento observarlo con ojos clínicos, sin inmiscuirme demasiado; quedarme fuera de la conversación sería, en mi posición, irresponsable.
En una de estas puestas al día obligadas por trabajo me vi Autodefensa, la serie de Berta Prieto y Belén Barenys. La sinopsis es la siguiente:
Autodefensa va de dos amigas que hacen lo que les da la gana sin tener que pedir permiso a nadie. Va de tener veintitantos, vivir en Barcelona y querer pisar todas las líneas rojas emocionales posibles para descubrir quién eres realmente. Va de las aventuras de dos locas descaradas que no quieren que nadie les diga cómo hacer las cosas, y que han creado su propio mundo para ser las reinas. En realidad, Autodefensa va de dos chicas que están muy asustadas y que se divierten en defensa propia. Dicen que lo sienten, que todo ha sido en defensa propia, sólo es que tenían mucho miedo.
Yo no puedo criticar a nadie por hacer una serie autorreferencial sobre tener veintitantos y ningún problema real porque de eso va básicamente Buenas noches, mi primer libro. Además, lo suyo tenía un punto verdaderamente punk, verdaderamente desagradable. Pero, siendo consciente de ello, no me gustó nada. Hasta me cabreó, por maniquea. Yo ya me estaba indignando en la conversación imaginaria que mantengo con mis detractores (“no te gusta porque eres hombre, machirulo”) cuando mi amigo Álvaro Cabaleiro, que también la había visto, me dio un consejo muy sabio: “tío, a lo mejor simplemente es que no es para ti”. Tan simple como eso.
Creo que los grandes errores de mi vida han venido por no seguir aquel consejo de Álvaro Cabaleiro. Relaciones, trabajos, amistades, ciudades que no eran para mí y que yo me empeñé en que lo fueran, con el consiguiente mal resultado. Está claro que hay que mancharse y probar, como saber –cuando uno encuentra el lamparón en la camisa– que mejor es lavarla y largarse de ahí. El mundo suele ser bastante claro en sus señales, sobre todo a partir de una determinada edad, cuando tenemos experiencia para filtrarlo. Otra cosa es que queramos escucharlas.
Nadie ha derribado ningún muro a cabezazos. ¿De verdad me iba a enfadar por que no me gustase una serie? A lo mejor, simplemente, es que no era para mí.
FLECHITA PARA ARRIBA
Me he reencontrado con uno de los vinos blancos que más gusto me han dado en mi vida, este Hacienda Grimón. Os reto a que encontréis uno mejor en el mundo a ese precio (18€).
FLECHITA PARA ABAJO
Sale en las noticias que el joven futbolista del Real Madrid Endrick se ha casado a los 18 años. Del contrato que regula su relación con la modelo Gabriely Miranda se desprenden varias obligaciones, tales como palabras prohibidas (ejem, ok y umm), la obligación de decir “te amo” en determinadas situaciones y de hacer al menos un plan divertido juntos cada semana, para no caer en la monotonía. La verdad es que tiene todo una pinta buenísima.
Lo de Endrick, no es para mi 😳. Autodefensa tampoco.
🤣🤣🤣👏🏻👏🏻. Lo de Endrick no me sorprende. Un contrato es un contrato, que no es lo mismo que matrimonio 😂. Y por la serie… pues hace mucho que no veo nada porque no encuentro nada que me enganche del todo. Aunque como he estado de vacaciones hace un par de semanas vi Respira que son ocho capítulos. No está mal, pero pienso que da mala imagen de los médicos que se drogan todo el rato 🤷🏼♀️🤦🏼♀️.
Un abrazo